Entrevista a Juan José Arenas de Pablo

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Juan José Arenas de Pablo (Huesca, 1940), es Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid. Fue profesor de Hormigón Pretensado en la Escuela de Caminos de Madrid entre los años 1971 y 1976, y desde entonces, catedrático de Puentes en la Escuela de Caminos de Santander, en la Universidad de Cantabria. Fundó el gabinete de ingeniería APIA XXI (1988) radicado en Santander y la ingeniería de diseño Arenas & Asociados (1999).

Su actividad profesional ha sido incesante desde el mismo año en que acabó la carrera (1963), trabajando en proyectos de puentes y edificios singulares.

En primer lugar, muchas gracias por atender nuestra petición de entrevistarle. Sabemos del gran esfuerzo que ha hecho para poder atendernos y solo podemos reiterarle nuestro agradecimiento.

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Si le parece, empezaremos hablar un poco de usted antes de entrar en aspectos más técnicos de sus obras. Y después, si no tiene inconveniente, le preguntaremos por su reciente premio, Ingeniero Laureado por la Real Academia de Ingeniería de España.

Nos gusta comenzar nuestras entrevistas preguntado sobre los motivos que hicieron elegir la ingeniería a nuestros entrevistados. Cuéntenos brevemente cómo fue su infancia y adolescencia: qué tipo de educación recibió y por qué decidió ser Ingeniero de Caminos.

En primer lugar gracias por esta entrevista. Voy a intentar responder a vuestras preguntas de la mejor manera que pueda dentro de lo que me dejen mis fuerzas, y con algo de ayuda si me lo permitís.

Desde luego, hace unos 70 años en España las cosas eran muy diferentes. Yo nací y pasé mi infancia en Huesca. Tuve una buena educación, si bien rígida y austera.Y ya con aquella temprana edad podía intuir las carencias de un país sumido en una miseria de la que no parecía querer escapar. Mis visitas de niñez y adolescencia a Francia me hicieron descubrir que otro orden y otra forma de construir una sociedad eran posibles y despertaron en mí admiración e inquietudes.

Con el tiempo fui mostrándome como un buen estudiante al que le motivaba marcarse nuevos desafíos. Para un buen estudiante por aquel entonces el mayor desafío posible era el de superar el ingreso a una ingeniería como la de Caminos, así que recién acabados mis estudios básicos me planté en Madrid para emprender este recorrido, por el que he seguido avanzando durante los últimoscasi 60 años.

Entre nuestros lectores hay muchos estudiantes, por lo que esta pregunta es casi obligada al hablar de estos temas:¿Qué tipo de estudiante era en la Universidad?

Creo que para mí los estudios eran una cosa muy seria. Era consciente de que mis padres desde Huesca hacían un esfuerzo para que yo pudiera estar allí, de que la sociedad ponía grandes esperanzas en nosotros invirtiendo en nuestra educación, y de que el hecho de ser receptores de ciertas enseñanzas nos ponía en la posición de tener que hacer un buen uso de ellas.

Yo me esforzaba mucho y encontré el apoyo de buenos compañeros, y buenos profesores. Los resultados fueron buenos y acabé la carrera incluso antes de lo previsto ya que por aquel entonces la falta de ingenieros hizo que se aceleraran y comprimieran unos meses nuestros últimos cursos para poder surtir cuanto antes de ingenieros a las administraciones y las empresas que los estaban requiriendo.

Entiendo que la situación ahora no es exactamente la misma, pero si el hecho de que el esfuerzo y la perseverancia siempre dan fruto antes o después y que en muchas partes del mundo la situación de necesidad no es muy distinta a la de la España de hace más de medio siglo.

Una vez terminada la carrera realiza el doctorado y empieza su labor docente primero como profesor de Hormigón Pretensado en la Escuela de Ingenieros Caminos de Madrid entre los años entre 1971 y 1976 y después Catedrático de Puentes en la Escuela de Ingeniero de Caminos de Santander. Ya que nos ha contado cómo era de estudiante, cuéntenos su experiencia desde el otro lado, ¿cómo era como profesor y cómo ha sido su experiencia como docente?

Mi primera vocación no fue la de docente. Tampoco opté por entrar en el cuerpo de ingenieros funcionarios al que uno tenía acceso por el mero hecho de finalizar la carrera de Ingeniero.

Mi vocación era la de proyectar puentes y estructuras, y mi camino me llevó de vuelta a mi Huesca natal, donde comencé haciendo puentes pequeños pero cuidados en el Pirineo. Poco a poco fui rehaciendo el camino de vuelta a Madrid, pasando por Zaragoza. Ya en Madrid compatibilicé mi trabajo como proyectista con el de profesor. En aquellos años me presente al concurso oposición por la Cátedra de Puentes de Madrid y Santander, y acabé sacando la plaza de Santander, lo que hizo que mi vida acabara dando otro vuelco hacia el Norte, a la Santander cuna de mi mujer, mi querida Maíta, a la que le debo mucho.

La carrera de docente tiene como todo en la vida, sus ventajas e inconvenientes. A mí me ha parecido siempre muy positivo combinarla con el ejercicio libre de la profesión, y siempre he creído que ambas facetas se complementan y enriquecen. El contacto con los alumnos me ha mantenido inquieto y la tarea investigadora me ha permitido estar al tanto de los avances técnicos y científicos en nuestra profesión, entenderlos, divulgarlos y aplicarlos.

He debido ser muy mal profesor porque a menudo me ha importado poco que mis alumnos aprendieran el detalle de la formulación teórica, sino el que entendieran el porqué de lo que hacían, y también cuales son los fundamentos estáticos, éticos y estéticos que debían servir de base firme a su irrenunciable responsabilidad como ingenieros.

Aparte de su trayectoria como docente ¿cómo resumiría su carrera profesional?

La carrera profesional en mi caso se va haciendo proyecto a proyecto. Poniendo todo el esfuerzo en cada uno de ellos. A veces sin medida o sin tener en cuenta el tamaño del encargo. He tenido la enorme suerte de que después de un proyecto siempre venía otro, y muchas veces mayor que el anterior, así que he podido seguir planteándome retos que superar junto con el equipo de profesionales con el que en cada momento he compartido el camino.

A veces, como todos, he tenido la tentación de pensar que las cosas eran más difíciles para mí que para otros. Pero no hay que dejarse llevar por el desánimo y superar cualquier dificultad ya sea física, técnica o humana con la fuerza incontenible del trabajo diario. En palabras de mi admirado JörgSchlaich: “La ingeniería puede ser creativa, pero el placer es arduo”.

De algunas cosas estoy orgulloso, y quizás de otras no tanto, pero no me arrepentiré nunca de no haber tomado el camino más fácil.  Al final creo que he sido afortunado de poder haberme dedicado a lo que más me apasiona, y que ese trabajo haya sido reconocido.

Hablemos de sus obras. El Puente de la Barqueta en Sevilla, Viaducto atirantado de La Arena, el Puente de las Oblatas, Puente de Las Llamas, Puente Puerta de Europa, Estructura y cubierta del estadio de El Sardinero, Cubierta de la sala subterránea de Bodegas Otazu, Nueva Lonja de Pescado Fresco en el Puerto de Santander… Entre todas sus obras ¿tiene alguna preferida? O dicho de otro modo, como nos gusta preguntar, ¿cuál es la niña de sus ojos y porqué?

Cada obra es el resultado de un momento y una circunstancia, y de los condicionantes y carácter que emanan de su emplazamiento. En ese sentido no me gusta hablar de una obra favorita por encima de las demás. En otra ocasión me han preguntado de qué trabajo me sentía más orgulloso. Mi respuesta entonces y ahora es que me siento especialmente orgulloso de haber aplicado igual nivel de implicación y cuidado en cada proyecto. Un cuidado que se refleja en cada detalle y en concreto y de forma especial en el tratamiento de los paramentos de hormigón, por ejemplo en encofrados de pilas o estribos. Cada uno de estos detalles, ya desde el dibujo en el plano, expresa la cualidad y calidad de la obra completa y dice mucho sobre el mimo puesto a la hora de proyectarla y construirla. Los estribos a veces son grandes olvidados en los proyectos de puentes.

Un puente “bello” no tiene por qué ser necesariamente más caro que otro vulgar o mal encajado, en ocasiones no es un tema económico, sino que la diferencia está en un proyecto hecho con interés, cuidado y amor por lo que se hace, o con desgana y sin ningún cariño o respeto por el resultado final o el emplazamiento en el que va a colocarse.

Volviendo al tema de los proyectos. Si bien es cierto que no tengo un proyecto preferido, sí que tengo la sensación de que el Puente del Tercer Milenio sobre el río Ebro en Zaragoza cierra el círculo y contiene sin haberlo buscado, el compendio de lo aprendido a lo largo de los años. Felizmente, y de forma casual, o no, esto ocurre en Aragón y sobre el río Ebro, que es mucho Ebro.

Fuente: arenasing.com

Por nuestra cercanía, es inevitable que le preguntemos por el Puente de la Barqueta, proyectado por usted y por el Ingeniero Marcos J. Pantaleón. Durante el diseño de este puente tuvo que resolver varios problemas que la obra demandaba. Quizá el primero, el más obvio, era su papel estético pues la estructura estaba llamada a ser la puerta de entrada a uno de los acontecimientos más importantes que por entonces iba a vivir España en General y Sevilla en Particular: La Exposición Universal de 1992. Por otro lado, el concurso pedía un solo vano y una altura libre sobre el río Guadalquivir muy ajustada. Y por último, los plazos de ejecución eran de lo más comprometidos por el comienzo del evento internacional. De todas estas restricciones, ¿cuál fue, para usted, el que más condicionó el resultado final de la obra?

Las limitaciones en esta ocasión, como en muchas otras, en vez de encorsetar el diseño, sirven para espolear la búsqueda de soluciones novedosas, que den respuesta a todas estas restricciones.

Se trataba de un concurso de diseño en el que la solución formal de la estructura tenía un peso muy importante, en una época en la que íbamos siendo conscientes de la dimensión arquitectónica y monumental de los puentes, más si cabe en este caso con el telón de fondo de la Expo’92.

Por otro lado, los que veníamos de una formación fuertemente racional y técnica no podíamos afrontar esta dimensión formal sino desde la propia resolución del problema estructural. Si bien era un concurso de diseño, se trataba de un concurso de proyecto y obra, en el que cada equipo estaba formado por un contratista o varios y un proyectista. La oferta económica tenía un peso no despreciable, y los plazos eran un condicionante importante. Por tanto, la eficacia estructural era un valor fundamental, junto con el procedimiento constructivo. Las soluciones con tablero metálico eran las que mejor respondían al condicionante de plazo y proceso constructivo sobre el cauce que para nosotros era intocable.

En nuestro caso el equipo de proyecto éramos Marcos Pantaleón y yo, por aquel entonces en la misma empresa. Las contratas fueron Auxini y Ensidesa, por lo que la elección de la solución metálica era ya obvia. Entre las soluciones presentadas en el concurso había varias soluciones de tipo arco, algunas incluso de tipo network. La preocupación en nuestro caso fue dar una resolución formal satisfactoria al problema habitual en este tipo de arcos, dos arcos y dos planos de péndolas crean confusión visual sino son tratados de forma muy cuidadosa, y un arco en un plano único da lugar a una solución con menos riqueza espacial y estabilidad. Después de muchas vueltas la solución casi tal cual como acabó siendo, vino de golpe y en un dibujo de servilleta hecho deprisa y corriendo no fuera a esfumarse la idea.

Fuente: arenasing.com

El arco del puente fue deliberadamente diseñado con una directriz circular. Esta elección, no siendo la mejor desde el punto de vista estructural (no es el antifunicularde cargas), la eligieron ¿por motivos estéticos?¿De plazo constructivo?… Y por otra parte, ¿guardaron alguna relación especial entre las dimensiones del arco con las dimensiones del tablero para conseguir el exitoso aspecto estético que posee la estructura?

Si bien no recuerdo con absoluta precisión todo el proceso en aquella época, sí que recuerdo los motivos que movían nuestro trabajo. Siempre de forma paralela avanzamos en el cálculo y en la solución técnica, y en el desarrollo del resultado formal. Con cálculos simplificados y luego más detallados encajábamos la directriz del arco, el tramo recto de los pórticos triangulares, el pequeño quiebro angular al unirse al tramo central curvo, etc.

Fuente: arenasing.com

La sección tipo cuadrada con rehundido en cada una de las caras respondía a las formas heredadas del trabajo en hormigón, pero tenía un comportamiento muy adecuado en el caso metálico ya que los propios rehundidos actúan como rigidizadores vistos de las caras principales de la sección. Por aquel entonces no teníamos la suerte de contar con los programas de CAD tridimensionales que manejamos hoy en día. Para obtener la geometría espacial del nudo facetado desarrollamos un pequeño programa que obtenía las intersecciones de los planos inclinados en el espacio de su geometría en forma de diamante, para así poder iterar hasta dar con una solución satisfactoria. La repetición, redibujo y trabajo de la forma, de forma iterativa, es inevitable para dar con las proporciones adecuadas.

Fuente: arenasing.com

Con relación a la curvatura del arco seguimos un proceso similar, pero en este caso sí creo que teníamos una limitación de fabricación por parte del constructor de utilizar un radio constante que permitiera un curvado más fácil. A veces hay que saber hacer de la necesidad virtud. Algo similar pasaba con la disposición de las péndolas que por la especial configuración de los arcos no podían ser verticales, pero después de estudiar las distintas geometrías posibles, creo que el resultado convergente es enriquecedor y da especial dinamismo al alzado de la estructura.

Fuente: arenasing.com

Los pórticos triangulares donde se apoya el arco, una novedad entonces en esta tipología, proporcionan al arco una ventaja estructural al conferirle menor longitud frente al pandeo y a la vez ofrece un impacto estético inmejorable como puerta de entrada al recinto de la Expo. En esta novedad, ¿primó más el aspecto estructural o el estético?

Una de las características fundamentales del diseño estructural hecho por ingenieros es que se afronta el desarrollo formal desde el dominio técnico del funcionamiento estructural. Es lo que yo he dado en llamar alguna vez la “arquitectura estructural”, o que Ove Arup llamaba el “total design”. Es afrontar el diseño desde todas las perspectivas de una forma integrada y concurrente, ya sea a través de un equipo multidisciplinar, o en la cabeza del ingeniero proyectista de estructuras, en la que conviven de forma simultánea las preocupaciones estéticas y resistentes (estáticas), e incluso otras que podemos denominar éticas, y que están asociadas a la sostenibilidad, la eficiencia, la funcionalidad, la economía, la honestidad, el respeto por el medio ambiente o el paisaje. Todas esas ideas preocupaciones bullendo en la cabeza a veces de forma casi inconsciente pero continua, de una forma más o menos fructuosa.

Todo esto para explicar que en el caso de Barqueta no se puede separar el problema estético y estructural, cuya resolución surgen de la misma fuente y de forma simultánea. Si bien es verdad que el hallazgo de la célula triangular está asociado en cierta medida a razonamientos y preocupaciones estructurales, es la respuesta formal a esa búsqueda que comentábamos de resolver el problema de diseño tridimensional del conjunto de los arcos y planos de péndolas, intentando tener lo mejor de las soluciones de plano único (su claridad y orden formal, y la unicidad del elemento estructural principal), junto con las ventajas de la solución doble inclinada (su configuración espacial, su carácter de puerta de entrada, o su estabilidad transversal y frente a pandeo).

Ahora vayamos al Puente de Tercer Milenio, un puente que recuerda a la estructura anterior, también de arco atirantado bowstring con pórtico triangular en los extremos, y que también fue diseñado para un evento de importancia, la Exposición Internacional de Zaragoza de 2008. En este caso todas las dimensiones son sensiblemente mayores que el caso anterior:más del doble de acho y casi un 30% más de luz, convirtiéndolo en el mayor puente de arco en hormigón suspendido del mundo. ¿Por qué repetir la misma tipología estructural?

Para un puente con un único vano principal ya sea de 168 o 216 m como cada uno de estos casos, que discurre a poca altura sobre el terreno o como en estos casos sobre el cauce del río, y que posee vanos de compensación relativamente muy cortos (de unos 27 m), la solución de arco superior atirantado por el tablero o bowstring nos parece la más eficiente. Siendo la más eficiente, por pura honestidad no podíamos renunciar a ella de partida por razones subjetivas.

Cuando empezamos a trabajar en el Tercer Milenio no había una idea preconcebida. Los condicionantes y el emplazamiento fueron configurando el puente. La naturaleza del emplazamiento en Zaragoza y sobre el río Ebro y el propio carácter del paisaje de Aragón, a veces árido y seco, igual soleado que castigado por el viento del cierzo y el pedrisco, me hizo pensar necesariamente en una estructura de hormigón, de una sola pieza, muy sólida y firme, y que aguantara el paso del tiempo como las piedras romanas de Cesaraugusta. O cuando menos, conseguir la máxima durabilidad a nuestro alcance.

Fuente: arenasing.com

Luego las propias dimensiones del puente con más de 40 m de anchura hicieron el resto. No puedes hacer un puente de más de 40 m de anchura con un arco a cada lado, porque las proporciones no serían las correctas. O por otro lado, el arco o plano central único no dan suficiente apoyo al tablero en transversal o frente a torsión.

Después de trabajar a lo largo de años en el proyecto (los primeros dibujos no sé si serán del 97 y el proyecto constructivo fue de 2002, empezó a construirse en 2005 y se inauguró en 2008 justo a tiempo para la Expo de Zaragoza), se fue configurando con algunas características aparentemente similares a las de Barqueta (2 células triangulares y un arco central), pero infinidad de diferencias que les hacen dos puentes totalmente diferentes. Desde las dimensiones y el material (casi nada), al plano de péndolas doble inclinado que configura el espacio interior del Tercer Milenio, los planos verticales de cables en alzado, las péndolas llegando a los pies inclinados del arco, los pies inclinados curvos y con un arriostramiento horizontal a media altura, las galerías peatonales acristaladas, el doble cajón de tablero unido por vigas diafragma transversales, la gran laja pretensada en todas las direcciones que cose los arcos y los cajones del tablero, el diseño de los capiteles de apoyo, las pilas con doble apoyo de arcos y tablero, el proceso constructivo empujado sobre el río, y tantas otras diferencias. Por suerte tanta complejidad resulta en un puente con la simplicidad formal de Barqueta, y en eso sí que se relacionan.

He tenido la suerte de diseñar otros puentes de tipología bowstring, y recientemente nuestro equipo ha desarrollado el diseño del Ponte deiCongressi para la ciudad de Roma, 14 años después de ganar el concurso de ideas hemos tenido que adaptar el diseño a una nueva configuración de la vialidad. El resultado tiene elementos comunes con Barqueta, y con el Tercer Milenio, pero como siempre hemos intentado ir un paso más allá, y hemos llegado a este diseño siguiendo un proceso diferente con puntos de partida muy distintos.

En este caso, las péndolas no van a eje del tablero si no que van a ambos extremos. ¿Simplemente por las dimensiones del tablero o esta decisión alberga otras cuestiones?

Con un tablero de más de 40 m de anchura el esquema estructural es necesariamente diferente. Los dos planos de péndolas anclados en el borde exterior de la calzada y carriles bici permiten dar apoyo transversal al tablero que en este caso se organiza en torno a dos vigas cajón en cada borde del tablero unidas entre sí por diafragmas transversales cada 6 m. Por otro lado esta ventaja o necesidad estructural necesaria y buscada en el diseño conlleva otros beneficios formales a la estructura. Los dos planos de cables conforman superficies regladas curvas al seguir el borde recto del tablero y la directriz curva del arco. El resultado de estas superficies es un volumen generado que no sólo tiene cualidades geométricas, sino que alcanzan otros aspectos del diseño, ya que dan lugar a un espacio interior con un cierto valor arquitectónico y una experiencia de cruce enriquecedora.

Fuente: arenasing.com

Y háblenos también del Porta d’Europa, que ostenta al récord de ser el mayor puente basculante en el mundo, con sus 109 metros entre las rótulas de rotación de cada una de sus hojas.En este proyecto los conceptos de funcionalidad y la estética eran extremos y, su coexistencia, de vital importancia. El primero, por trasmitir el importante tráfico tanto rodado como naval (con la complejidad extra que otorga dicha tipología) y el segundo, por integrarse en un entorno especial:escaparate en uno de los puertos más importantes del país. ¿Cómo se gesta un diseño donde la complejidad en ingeniería y la exigencia estética son las condiciones de contorno más importantes y de igual peso?

El Puerto de Barcelona convocó un concurso de diseño para el proyecto y obra de esta estructura que incluía el puente móvil para un gálibo libre horizontal de 100 m y viaductos de acceso de más 300 m. Nosotros participamos junto con las constructoras FCC y Guinovart y fuimos adjudicatarios. El diseño se realizó con muchísimo cuidado por cada detalle, y con mucha preocupación por dotar de unidad a un conjunto de elementos muy diferentes como son las hojas móviles basculantes enteramente metálicas, los viaductos de acceso de hormigón pretensado, o las pilas de giro que dan apoyo también al contrapeso y contienen los mecanismos hidráulicos.

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Hasta una torre de control que finalmente no se construyó. Todos estos elementos estaban ya presentes en el diseño del concurso y en la maqueta que presentamos. Hay que señalar especialmente la inclinación de los planos de tirantes rígidos de las hojas móviles continua con el tablero que hace que el sol incida iluminando la estructura, los rehundidos y volúmenes en las pilas de apoyo, o las pilas de los viaductos de acceso, que combinan pilas elípticas con capitel y las pilas en V finales que hacen la transición al vano móvil. Estoy muy orgulloso del resultado. En su momento me dolió mucho que uno de los otros participantes del concurso hiciera una acusación pública poco menos que de plagio. Fue una ofensa mayor, y que duele más pensando en las interminables horas de trabajo invertidas para desarrollar la mejor solución en este y todos mis proyectos, que he pagado en gran medida con mi salud y vida familiar. Imperdonable. Por suerte el tiempo todo lo cura y el resultado del puente construido bien vale el esfuerzo y el de todo el equipo detrás de la obra.

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Ha colaborado estrechamente con arquitectos como Rafael Moneo en varios concursos, con Alfonso Valdés en la  Lonja del pescado de Santander  o con  Jaime Gaztelu en las Bodegas de Señorío de Otazu en Pamplona. ¿Cómo valora esa relación Ingeniero-Arquitecto y cómo ve la situación actual de esta simbiosis?

De siempre me he visto atraído por la arquitectura y he entendido la colaboración entre ingenieros y arquitectos como algo natural.

Ya antes de finalizar la carrera trabajé calculando la estructura de un edificio de Miguel Fisac en Madrid. Yo tenía amistad desde la universidad con la familia Moneo y trabajé con su hermano en nuestros primeros pasos en Madrid. A Rafael le tengo una profunda admiración y hemos colaborado en varios concursos, aunque lamentablemente sin éxito. Su opinión para mi tiene mucho valor, ya sea en una u otra dirección, y guardo como un tesoro el recuerdo de una llamada suya impresionado nada más cruzar el Puente del Tercer Milenio.

Con los buenos arquitectos, que tienen visión y entienden no solo cómo funcionan los edificios, sino también las estructuras, es fácil entenderse, colaborar y aportarse mutuamente soluciones que enriquecen el proyecto. Lamentablemente no siempre es así. No todos los arquitectos ni todos los ingenieros son iguales y no es bueno generalizar en uno u otro sentido. Yo he dicho en alguna ocasión que todos somos iguales, pero que unos más iguales que otros.

En la situación actual se ha generalizado más el uso de grandes equipos multidisciplinares en grandes empresas. Aunque se han perdido otras cosas. Todavía en muchas ocasiones se tienen prejuicios y se piensa desde fuera que los ingenieros no podemos aportar cosas desde un punto de vista formal o arquitectónico. Sin esos prejuicios es más fácil que surjan soluciones novedosas ya la vez dotadas de sentido estructural.

Los Ingenieros de Caminos hemos conseguido que se homologue nuestro título en la correspondencia de nivel 3, título de Máster, en el  Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior. Una demanda de nuestro colectivo que hemos tardado en conseguir ¿Creé usted que esta correspondencia ha llegado tarde para nuestro gremio?Y dada su experiencia como director de varias e importantes empresas de ingeniería ¿Cómo ve el futuro de nuestro título y de la ingeniería española en general?

Las cosas con este tema han ido un poco lentas y han sido algo confusas. Hubiera sido bueno que se hubiera desarrollado de otro modo. Aunque había muchos intereses encontrados que satisfacer. La homologación dentro de un espacio europeo e internacional es positiva. No lo es tanto que se haya rebajado la profundidad de los estudios, que en el caso concreto de las estructuras ha reducido el número de asignaturas y su profundidad, y por lo general han sido convertidas en optativas. O esa impresión me queda de los nuevos ingenieros. Eso hace que los nuevos ingenieros de estructuras estén menos preparados y a veces también menos motivados.

Por otro lado, la situación interna del país hace que haya menos trabajo aquí, aunque cada vez más trabajo a nivel internacional. Es un panorama muy distinto al que nos ha tocado vivir a nosotros. Las nuevas generaciones tienen nuevos retos que afrontar, pero no tendrán éxito si no es a través de la excelencia, ya que la competencia internacional es mayor.

Entre todos sus merecidos e importantes galardones hay que comentar el más reciente: ha sido reconocido como Ingeniero Laureado por la Real Academia de Ingeniería de España este pasado 2016. ¿Qué ha supuesto para usted este reconocimiento y como se sintió al recibirlo?

Muy agradecido y muy honrado. Recibir este reconocimiento, y en especial de nuestros colegas ingenieros, es muy gratificante. Otros galardones especialmente emocionantes fueron la medalla GustaveMagnel al Puente del Tercer Milenio en Bélgica, por los grandes ingenieros que la han recibido anteriormente, el premio FIB 2010 por esa misma estructura, o el galardón como hijo predilecto de Huesca, por lo sentimental para mí.

El mayor premio sin embargo es ver el resultado del trabajo hecho, haber mantenido la confianza proyecto tras proyecto, y haber tenido la oportunidad de hacer estos trabajos. Otra gran satisfacción a día de hoy es ver que el equipo de Arenas & Asociados sigue adelante haciendo realidad proyectos ambiciosos en los que me veo identificado, sobre todo por la ilusión y profesionalidad puesta en cada uno de los trabajos.

Por último, en nuestras entrevistas, pedimos a nuestro invitado que juegue con nosotros a un pequeño divertimento: por un lado, le pedimos que responda una pregunta realizada por el entrevistado anterior (el cual la hizo sin saber quién sería el que la respondería) y, por otro lado, que proponga otra cuestión a nuestro próximo invitado (igualmente sin saber quién será, tan solo que será una personalidad en el mundo de la estructuras).

En nuestra anterior entrevista, D. José Luis Manzanares Japón nos dejaba esta cuestión:

Uno de los graves problemas que han tenido las estructuras en España nace de la dicotomía Mecánica de los Medios Continuos versus Teoría de Estructuras. Los profesores en la universidad se han volcado en los medios continuos, elementos de contorno, la formulación  teórica de elementos finitos, interacción atómica… Pero estos profesores realmente no han calculado ninguna estructura, y sin embargo el sistema los lleva a ser catedráticos. Por ello, la mayor parte de las cátedras  de estructuras han caído en  mano de los especialistas en  medios continuos. Para mí, es un desastre que empobrece la formación estructural en nuestras universidades.

Siendo crítico con esta deriva, la pregunta que le haría al próximo invitado sería: ¿Creé que el abuso de profesores en medios continuos puede acabar por destrozar la formación en estructuras en España?

Siempre he sido un gran defensor de los profesores profesionales. Profesores que se dedican a la docencia y la investigación, pero que también desarrollan el ejercicio de la profesión haciendo proyectos u otras actividades directamente relacionadas con su materia. Creo que sin esa experiencia no es posible formar a alumnos encaminados a trabajar en empresas, en proyectos o en otras actividades profesionales. La universidad debe ser lo más práctica posible y encaminada a la actividad profesional y a la inserción en la empresa. Asignaturas teóricas de todas las ramasacadémicas son necesarias, y también formación encaminada a todas las posibles actividades profesionales, incluida la investigadora. Pero en el caso concreto de las estructuras si no nos enfrentamos antes al caso real y práctico, difícilmente podremos formar en esta materia, o siquiera hacer una investigación que tenga algún valor para su posterior aplicación.

En este sentido, como solía citar el gran ingeniero Uruguayo que fue Don Eladio Dieste, “el teórico que fracasa en la realidad es porque no es suficientemente teórico”.

No debemos olvidar que las ingenierías son ciencias aplicadas y al servicio de la sociedad, muy ligadas al bien público y al desarrollo económico.

¿Cuál sería su pregunta para nuestro próximo entrevistado?

Un tema que siempre me ha preocupado es el sistema de adjudicación de las licitaciones de proyectos. Creo que se deben buscar fórmulas para conseguir la máxima transparencia y objetividad en la adjudicación, como puede ser la publicación de las propuestas o las actas de la mesa de adjudicación, así como procesos dialogados abiertos con garantías legales como estamos observando en muchas licitaciones internacionales.

En los últimos años se suma a este problema que las bajas de adjudicación siguen creciendo hasta un punto que amenazan seriamente la calidad de los trabajos a desarrollar y a la viabilidad de la propia profesión de los ingenieros. ¿Qué posibles soluciones ve para que las bajas y precios de adjudicación estén limitados dentro de lo razonable y sostenible?

Juan José, muchas gracias por haber sido tan claro, didáctico y honesto en sus respuestas y, sobre todo, por el esfuerzo realizado para atendernos. Desde aquí, también nuestro agradecimiento al equipo de Arenas & Asociados por haber hecho posible esta entrevista.


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Flecha-roja

9 Comentarios

  1. Excelente y didáctica entrevista al Ing Arenas de Pablo, y desde ya merecidos sus lauros!
    Interesante opinión sobre la dicotomía Medios Continuos vs. Teorías de Estructuras, y apropiada mención del Ing E Dieste.
    Muchas gracias!!!

  2. “Gente” como el profesor e ingeniero Arenas, hacen grande la ingeniería. Es que la compatibilidad hace mejores profesionales. Gracias a todos ellos.

  3. Nunca como ahora percibo que “la vida termina atando los cabos sueltos”. Juan José Arenas era nombrado en mi aula como un valor prometedor los logros estructurales, corría 1976. Así nos lo hacía saber nuestro profesor de Hormigón Pretensado, Ingeniero Roberto Podadera. Esto fue hace “solo” (hay!) cuarenta años en la Universidad Tecnológica Argentina. El pronóstico se cumplió acabadamente. Sólo basta con leer esta nota.

  4. Gran entrevista a un gran ingeniero, que ha sabido conjugar la labor docente e investigadora con la actividad profesional. Y todo bien hecho

  5. Joder qué pena, yo me acabo de esterar hace un rato :S

    Sin duda uno de los más grandes, honra de la Profesión y modelo a seguir.

    Deberían ponerle su nombre al Puente del Tercer Milenio de Zaragoza.

    Saludos.

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