Entrevista a D. José Luis Manzanares Japón

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D. José Luis Manzanares Japón (Sevilla, 1941) es Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, catedrático de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, académico de la Real Academia de Ciencias de Sevilla y de la Academia de Ciencias Sociales y de Medio Ambiente de Andalucía, fundador y director de AYESA, unas de las ingenierías más importantes del país.

Hoy nos acoge en su despacho, en la cuarta planta del edificio de AYESA, para que le entrevistemos.

JOSE LUIS MANZANARES JAPÓN

En primer lugar, muchas gracias por atender nuestra petición de entrevistarle. Es todo un honor.

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Si le parece, empezaremos hablar un poco de usted antes de entrar en aspectos más técnicos de sus obras. Y al final, si no tiene inconveniente, hablaremos de su vertiente más social, de temas candentes que afectan a nuestro gremio en particular y a la sociedad española en general.

Cuéntenos brevemente cómo fue su infancia y adolescencia: qué tipo de educación recibió y por qué decidió ser Ingeniero de Caminos.

Nací en Triana. Mi padre me mandó a un buen colegio, San Francisco de Paula, aquí en Sevilla, donde nos dieron muy buena formación en matemáticas y en física. Allí me enamoré de esas materias. Aquel fue un colegio irrepetible.

Mi padre era Perito Industrial y soñaba con que yo fuera Ingeniero Industrial. Para ello me debía ir a Madrid porque aquí, en la Sevilla de 1959,  no había ninguna escuela de ingeniería. Pero el día que iba a hacer la solicitud, el número uno de mi colegio, que es compañero nuestro, Agustín Argüelles, me dijo: “Yo voy a estudiar Ingeniero de Caminos”. Me dejó intrigado. “Y los Ingenieros de Caminos ¿qué hacen?”. “Carreteras” me contestó. “Puff, a mí eso no me gusta nada”. El puso cara de suficiencia para decir: “Ahí solo vamos los primeros”. Y aquello me picó tanto el amor propio que me dije: ¿Sólo los primeros? ¡Pues me voy contigo!

Y me fui a estudiar Caminos sin saber lo que era, simplemente por una chulería infantil. Gracias a Dios no tuve que arrepentirme después de una decisión tan poco seria.

Tuve la suerte de que, después, me entusiasmara la carrera.

Básicamente, lo que recuerdo de la escuela es que te enseñaban a resolver cualquier problema. Fuera lo que fuera. No era necesario que fueses un especialista, simplemente ante el problema que te propusieran tenías la mente abierta y la capacidad de resolverlo. Y eso fue lo que me hizo más feliz como estudiante y lo que me ha guiado toda mi vida: saber enfrentarme a cualquier problema para resolverlo.

¿Qué tipo de estudiante era en la Universidad?

Fui un buen estudiante. Era muy trabajador y tenía un gran sentido del deber. Además, me sobraba amor propio. A mí no me suspendieron nunca salvo la última asignatura de mi vida: “Cálculo numérico por ordenador”. Por entonces se programaba en Fortran 2 en un ordenador inmenso mucho menos capaz que un movil de hoy… Me examiné con fiebres paratíficas, hice muy mal los programas y me suspendieron. Pero aquello me picó de tal manera que me hice un adicto de la programación. En cuanto acabé la carrera, en el año 1964, empecé hacer programas en Fortran 4, después en Basic… Antes de que tuviéramos ordenador en la oficina, me iba a la escuela de Ingenieros Industriales donde había un 1130 de IBM con 8K de memoria… [ríe]… y allí programaba un montón de cosas.

Mi primer programa serio de estructuras lo hice en el año 1973. Lo bauticé EBEAS (Estructura de Barras de la Escuela de Arquitectura de Sevilla). Era un programa para pórticos planos, emparrillados y espaciales tridimensionales, muy ambicioso, que al final hasta armaba con la EH68 de entonces. Centenares de arquitectos hicieron sus prácticas en la Escuela con él.

Una vez terminada la carrera realiza el doctorado y empieza su labor docente como Catedrático de Estructuras en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla. Ya que nos ha contado como era de estudiante, cuéntenos su experiencia desde el otro lado, ¿cómo era como profesor y como ha sido su experiencia como docente?

Sin pecar de inmodesto, creo que he sido un buen profesor y estoy muy orgulloso de eso. Daba clase en el salón de actos, porque no había aula capaz para los 300 alumnos que asistían a mis clases. Las daba a las 8 de la mañana. No pasaba lista y tenía el auditorio lleno de futuros arquitectos expectantes por saber de estructuras. Me hicieron muy feliz.

Yo venía de la generación de métodos de cálculo manuales iterativos, Cross o Kani, y me propuse la tarea de educar a todos mis alumnos en el Cálculo Matricial, cuando prácticamente no había ordenadores, ni programas y la Matriz de Rigidez sonaba como algo esotérico.

Hice una transformación total de la asignatura. Me esforcé para que los alumnos de Arquitectura recibieran mejor nivel en estructuras que los de Caminos en Madrid. Luché para que estuviesen al día. Utilizábamos al principio el programa Stress del MIT y después empezamos con elementos finitos… te estoy hablado del año 1975.

Intenté ser un profesor que estuviera al último grito y que los arquitectos no solo supieran calcular estructuras sino que se enamoraran de ellas. Y creo que conseguí bastante, dentro de la dificultad que significa para un arquitecto enamorarse de una estructura. El equipo de ingenieros del departamento llegamos a formar una buena escuela de estructuristas aquí en Sevilla.

A parte de su trayectoria como docente ¿cómo resumiría su carrera profesional?

Empecé trabajando siendo alumno de la escuela de Madrid. Mi padre tuvo problemas económicos el año en que me fui a Madrid a estudiar por lo que tuve que hacer la carrera con beca. Me gané la vida dando clases particulares y empleado en BABOR, la oficina de proyectos del profesor Batanero, el padre de las metálicas en España. Allí le cogí el gusto al diseño estructural. Ya en tercero o cuarto de carrera hacia proyectos de estructuras metálicas: naves de autobuses, hoteles y sifones…

Después, cuando acabé la carrera, me coloqué en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Estuve trabajando de Ingeniero en el pantano de Iznajar y después en Granada. Luego se jubiló el director de la Confederación y, como se aburría, decidió abrir una ingeniería. Me llamó y juntos fundamos AYESA, en el año 1966. Y desde entonces he estado aquí. Empezamos dos personas y ahora somos más de 3200.

Hablemos de sus obras. Las presas de La Serena, La Pedrera, Fernandina, Giribai… Puentes como el del Cristo de la Expiración, el de Abbas Ibn Firnás, el Guardián del Castillo en Alcalá de Guadaíra… el Circuito de Velocidad de Jerez y Valencia, el Estadio Olímpico de Sevilla… Entro todas sus obras ¿tiene alguna preferida? O dicho de otro modo ¿Cuál es la niña  de sus ojos?

El puente del Cachorro. Ten en cuenta que, cuando era pequeño, vi cerrar el Guadalquivir. Vi cómo los burros echaban tierras y cortaban el río. Para mí era un desastre que una ciudad como Sevilla tuviera aterrado un cauce tan bello como el nuestro. Por entonces, yo no sabía qué soluciones podían evitarlo pero aquello me parecía de una pobreza extrema… Para mi fue una gran suerte ser quien quitara el aterramiento y lo sustituyera por un puente emblemático, en plena Expo 92, habiendo nacido yo en Triana… Sin duda, mi obra preferida. Siempre he tenido mucha suerte y este puente lo demuestra.

Puente del Cristo de la Expiración

Hablemos del Puente del Cristo de la Expiración o el Puente del Cachorro (1991). Durante el diseño de este puente tuvo que resolver varios problemas que la obra demandaba. Quizá el primero, el más obvio, era ofrecer servicio al intenso tráfico, tanto rodado como peatonal, que conectaría Sevilla y Triana. Estamos hablando de cargas importantes, 6 carriles y dos generosas aceras. Y sin olvidar que debe contener la marea de gente que lo cruza con su Cristo en la Semana Santa Sevillana. Por otro lado, también tenía que resolver el cruce de todos los servicios urbanos que antes pasaban por el aterramiento de Chapina: 20 coaxiales y fibra óptica, seis líneas de 50.000 voltios o tras tantas de 20.000, conducciones de gas, de telégrafos…¡Más de 10 km de cables!

Y dos tubos enormes de 1.3 m de diámetro con toda el agua que entra en Sevilla desde el Carambolo.

Y sin olvidar que el puente, en su forma, debía ser respetuoso con el entorno y estar a la altura  del lugar en el que se alzaría, en pleno casco histórico de Sevilla. De todos estos objetivos a cumplir, ¿Cuál fue, para usted, el que más condicionó el resultado final de la obra?

Lo que más me influyó fue que, en aquel momento, yo no era partidario de que hubiera puentes en Sevilla con estructura por encima del tablero. Después, lo que son las cosas, resultó que los puentes más emblemáticos de Sevilla serían el de la Barqueta y el Alamillo…pero en aquel cuarto de hora me parecía que Sevilla tenía un perfil especial, con los hitos de la Giralda y la Torre del Oro, y no había por qué llamar la atención sobresaliendo con la estructura. Por tanto, me planteé un puente con infraestructura y no con superestructura.

Por otro lado, abríamos el río con la intención de que fuera utilizado para competiciones deportivas. Sevilla podría ser algo parecido a Oxford y Cambridge, ciudades abiertas al deporte en sus ríos. Por tanto, sería un error ponerle pilas en medio, ante una exposición universal, que era todo un reto… Así  que me decanté por un puente de  vano único.

Claro, eso te condiciona mucho. Si tienes que hacer una estructura por debajo del tablero y con 130 m de luz, o colocas una gran viga arriba o vas a una estructura de arco plano.

Me inspiré en un puente de París que me había impresionado siempre, el de Alejandro III, que se hizo para la Exposición Universal de 1900, de arco muy rebajado.

Además,  el arco cajón podía guardar muchas cosas dentro, como todos los cables y esas dos grandes tuberías de agua. No dudé en adoptar esa solución.

Puente del Cristo de la Expiración por debajo

Cuando se decidió por la tipología de arco metálico de sección cajón con chapas rigidizadas, tengo entendido que se encontró que no existía normativa española ni normativa internacional adecuada para esta tipología. ¿Cómo afrontó este escollo?

Fue un año muy crítico con este tipo estructural. Toda la teoría de puentes de cajón metálicos se había desacreditado porque se cayeron unos puentes alemanes. Fue cuando salió el informe Merrison que cuestionaba la normativa internacional existente.

La única normativa que se había actualizado dos años antes era la British Standard. Por un lado me empapé del informe Merrison y sus repercusiones en la Norma inglesa, y por otro …bueno, yo he sido siempre un estructurista de modelado matemático para distintas soluciones constructivas. Gracias a mi cátedra, dominaba bien el cálculo no lineal y el análisis por elementos finitos. Entonces hice un trabajo tremendo de modelado de chapa con rigidizadores, abolladura… Comprobando lo que salía del ordenador… por entonces no contaba con el ANSYS y utilicé el STRUDL y el NASTRAN.

Le pedí ayuda a gente de Industriales con el cálculo de agotamiento de determinados paneles. De todas maneras yo hacía mis numeritos a mano y luego mis colegas se sorprendían de que coincidieran con sus cálculos [ríe].

Entre los modelados que hacíamos, la British Standard… y rezando mucho [ríe]… saqué el puente adelante.

Háblenos de la cimentación de este puente. Al ser un puente arco de tablero superior, los empujes horizontales en los estribos no son para nada despreciables y el terreno en la zona es fangoso hasta los 13 m de profundidad.

Tuve una polémica muy grande con mi gran amigo Julio Martínez Calzón. Él estaba haciendo el puente del Quinto Centenario y entonces me decía: “si decides hacer un puente rebajado en arco vas a tener unos empujes horizontales demasiado fuertes y de eso sabemos muy poco”.

Un problema no habitual en ingeniería plantea un doble reto: saber cómo se resuelve y lograr que no sea muy costoso resolverlo. A mi siempre me han atraído los retos y buscar soluciones no convencionales. Realicé una cimentación relativamente barata: un “zapatón” de 30 metros por 30 metros, confinado por pantallas. En su interior inyecté las gravas que estaban dentro y lo cerré con una losa rígida arriba. Aunque era difícil de modelar, lo hice, consideré los empujes y aquello no se movía, aparentemente, de forma peligrosa.

Entonces un periodista entrevistó a Julio Martínez Calzón que no ocultó su critica por mis empujes horizontales, que para él constituían un error de ingeniería. Como yo era joven e impulsivo, me desahogué cuando el entrevistador se dirigió a mi. Le dije que un ingeniero debe saber que lo importante es el servicio al ciudadano y que los problemas de los empujes horizontales solo eran cosa nuestra, que cada uno debe resolver en casa como sea. Al ciudadano no le hables de empujes horizontales y si háblale de que el puente sea cómodo, cualidad cuestionada en el Quinto Centenario. Julio y yo somos muy amigos pero entonces la polémica fue grande. Perfume de juventud, polémica hoy impensable.

Además hubo más historias de rivalidad profesional porque al lado se estaba haciendo el puente de la Cartuja, de Luis Viñuela con Leonhardt. Luis, también buen amigo, es un gran ingeniero estructural, más práctico que teórico. Entonces me decía: “has hecho el puente demasiado embridado. Ese puente va a tener muchas autotensiones… El desapeo no te va a funcionar bien”.

Bueno… ¿No sé si conoces el tema del desapeo?

Por favor, cuénteme.

Construí el puente apoyado en tierra. Lo fui sustentando en unos pilonos. Construí sobre ellos el arco metálico con los extremos al aire. En un momento determinado, debía fijar el arco al terreno, cosa no exenta de dificultad porque todos los días, por dilatación, el puente crecía dos cm y se acortaba otro tanto para cada lado. Cuando un día lo fijé a un extremo, por el otro lado crecía y encogía el doble. La complicación era que había que sujetar el puente mientras se calentaba y, antes de que se enfriara, quitarle los apeos. Si se enfriaba sin desapearlo, y volvía a encoger, el arco se arrancaría del hormigón.

apoyo puente del cristo de la expiracion

Hice los cálculos y necesitaba desapearlo en 4 horas si quería que todo fuera bien. Sin embargo, el contratista y los soldadores me decían que aquello era imposible, que tenía más de 50 apoyos y no nos daría tiempo a desmontarlos todos en pocas horas.

¡Vaya problema! Entonces me di cuenta de que con la temperatura diurna el arco se levantaría solo. Con los 30 grados de temperatura que estaban haciendo esos días en la obra, los arcos se despegarían sin ayuda, gracias a la propia dilatación del acero. Si eso funcionaba, el desapeo sería muy sencillo, bastaría con esperar a que se levantara para quitar los calzos de los gatos de apoyo.

Total, tras hacer mis calculitos y viendo la temperatura que iba hacer ese día, pedí que, a las cinco de las mañana, estuviera todo el mundo soldando. Y calculé que para las tres de la tarde el arco se levantaría.

Ese día había mucha expectación. Recuerdo que existía mucha rivalidad entre los obreros del puente de la Cartuja y los de Cachorro. Todo el mundo estaba pendiente y me acuerdo de que los de la Cartuja coreaban “que no se levanta, que no se levanta” [ríe].

Dieron las tres, las cuatro, las cinco… y el puente no se levantó a pesar de los 30º con los que debía despegarse teóricamente. Pasadas las cinco, apareció mi mujer por la obra y me dijo agobiada “¿cómo es que todavía no se ha levantado el puente?” Y en ese momento la estructura se levantó. [Ríe] Figúrate el pitorreo… todos decían que el puente no se levantó por la temperatura si no por la bronca que le echó mi mujer [ríe].

La razón estaba en la inercia térmica. Yo había calculado la temperatura ambiente pero hasta que el puente, aunque es metálico y se calienta pronto, asumió los 30º pasaron las dos horas del aparente retraso. Se levantó el arco y lo pudimos desapear rápido y sin problemas.

Después, yo había puesto unos péndulos invertidos en la cimentación, para comprobar si el puente se abría y aquel día no se abrió nada. Absolutamente rígido. Mi zapata parecía funcionar a la perfección para resistir los temidos empujes horizontales. Pero al día siguiente me llamaron para decirme que se había abierto un cm. Yo tenía calculado que con cuatro cm tendría que meter gatos para recuperar la geometría inicial del puente. Al día siguiente la apertura era de once mm (un mm más), a la semana siguiente doce mm… me preguntaba inquieto por el papel de la fluencia ¿esto cuando se parará? [ríe] Me fui al Cristo del Cachorro y le dije: “oye, que el puente también es tuyo”. Y mira… ya no se movió más [ríe]. Diecisiete mm y ahí se quedó. No se ha vuelto a mover más. En el fondo fue un halago. En el proyecto yo había calculado dos centímetros. Lo que no deja de ser una casualidad. Los movimientos son imposibles de predecir.

¿Sigue estando auscultando?

Sí. Sigue estando auscultado. No sé si ahora lo mira alguien, pero durante muchos años me encargué yo personalmente. Pero el puente ahora está hecho un desastre. No lo pintan. El puente tenían que haberlo pintado ya hace seis o siete años. Una pena. Me entran ganas de pintarlo yo. Es una grave irresponsabilidad municipal. Estas estructuras o se mantienen o tienen una vida corta.

Ahora este puente posiblemente tendrá un nuevo hermano justo al lado, incluso he oído que también con toldos. ¿Realmente será necesario para absorber el nuevo tráfico generado por la Torre Pelli?

Yo no creo que la Torre Pelli exija por si sola un nuevo puente como tal. Pero es la Cartuja la que está saturada y necesita mejores conexiones con la ciudad que las que tiene. Ahora mismo, salir de la Cartuja a medio día por la Barqueta resulta imposible. Yo creo que ese puente ahí viene bien. Lo que pasa es que existen políticos que quieren huir del coche y prefieren coger la bicicleta.

[Ríe] Claro, si a un constructor de puentes le preguntas si hace falta un puente, te dice que mejor una docena [ríe]. El que venda bicicletas te dirá que vivan las bicicletas. [Ríe].

Y desde el punto de vista estructural ¿cuál creé que fue la más compleja de estudiar?

Yo creo que el que te he comentado. El puente del Cristo de la Expiración.

He hecho estructuras difíciles, como la cubierta del estadio olímpico de Sevilla porque era la primera vez que se hacía una así con cables transversales alternos de doble curvatura. Pero me quedo con el Puente del Cristo de la Expiración.

Hablemos ahora el Puente Dragón (2007). El puente resultó ganador del concurso de ideas convocado por la Junta de Andalucía. ¿Por qué un dragón y cómo surge la idea?

Ese puente estaba totalmente contestado por los ecologistas. Nadie en Alcalá de Guadaira quería que se hiciera allí un puente. Ni los ecologistas, ni el propio pueblo. Aquello es un parque, el parque del Guadaira, con el Castillo Almohade allí arriba y, claro, un puente genera tráfico y de alguna manera condena un lugar que es de descanso.

Puente dragón

Siempre he estado muy preocupado por la estética de la obra pública. He creado el concepto de “estructuras épicas” porque creo que las obras públicas impactan mucho en el paisaje y que en zonas urbanas tienen una gran responsabilidad, no solo resistente, sino también estética.

Entonces me puse a estudiar un puente allí, sabiendo que todo el mundo estaba en contra y con la conciencia de que en esa zona debía tener mucho cuidado. Llegué a la conclusión de que allí no había que erigir un puente sino un “objeto de parque”. Un objeto lúdico que sirviera de puente. Debía ser algo atractivo, para que los niños jugarán, para que los inspirase…

Recuerdo que era el año del centenario de Gaudí. A mí me encanta el parque Güell. He discutido mucho con mi amigos catalanes sobre el Trencadís…

Vaya, me pisa las preguntas. ¿Por qué resucitó el Trencadís de Gaudí?

Eso venía de mis discusiones con mis amigos catalanes, con los catedráticos de estructuras de Barcelona. Yo les decía que Gaudí lo había robado de Sevilla por que el Trencadís era Almohade. Definitivamente tenía ganas de volver a traerme el Trencadís a su lugar de origen.

Uso del Trencadís en el Puente Dragón
Uso del Trencadís en el Puente Dragón

El castillo del Guadaira era Almohade, era el año centenario de Gaudí, y del parque Güell, que me encantaba. Era un genial ejemplo de parque para inspirar a los niños. Por tanto, me decidí hacer un puente inspirado en Gaudí y así, de paso, recuperar el trencadis para Sevilla. Para ello recurrí al concepto de “estructura épica”.

El concepto de “estructura épica” procura que la estructura tenga una imagen, que inspire o comunique al espectador una historia. Una historia que debe estar vinculada con el lugar donde se encuentra la obra. Como el caso del puente Abbas Ibn Firnás de Córdoba. Y cuando el espectador contemple esa estructura, reciba su mensaje, entienda el relato que cuenta en su lenguaje formal, sepa que es de allí, lo identifique con el lugar y sienta que le da personalidad.

Con motivo del Castillo Almohade, escribí un cuento sobre la historia de un dragón amigo del hijo del Califa Abu Yacub ben Yusuf. Era una bonita historia inspiradora para la infancia. Al final, utilicé para el diseño una estructura sencilla, con dos arcos de 43 metros, un tablero volado pretensado transversalmente para que fuera esbelto y simulara el ala del dragón. Y todo usando el Trencadís.

Ahora los ecologistas están contentísimos, el puente es un intocable y Alcalá de Guadaira está enamorado de su nuevo icono.

De las ideas planteadas en el concurso, su diseño fue elegido por votación popular organizada por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra.

Sí. Lo que pasó fue que el jurado de la Junta no se atrevió a darme el premio. Pensó que la decisión era demasiado arriesgada, así que declaró dos finalistas. Un puente más convencional, de Marcos Pantaleon, y el mío; y le pasaron la patata caliente al alcalde para que decidiera y asumiera la responsabilidad.

Pero el alcalde tampoco quiso tomar la decisión. En una decisión inusual puso las dos propuestas en la casa del pueblo e hizo que el pueblo fuera a votar. Fuimos a hacer campaña electoral y todo [ríe]. Y al final mi puente consiguió el 95% de los votos.

¿Recomendaría que las grandes obras destinadas a ser emblemáticas y un hitó para la población fueran elegidas siempre siguiendo este proceso?

Pues yo pienso que sí. Me parece un buen sistema. Sobre todo, un puente dentro de una ciudad debe estar bien acogido por la gente que lo va a recibir. Sí, creo que es una buena solución.

El Puente Dragón fue unos de los primeros puentes figurativos de España y quizás de los primeros en el mundo ¿Ha sufrido muchas críticas por la componente figurativa o escultórica de la estructura?

Al principio sí, pero, ¡ahora me están copiando!

Acaban de construir un puente similar en Vietnam, de Louis Berger. Es un puente muy bonito, con un elegante diseño, pero que ha perdido belleza con la construcción. Es un puente muy grande, con lo cual es más lucido que el mío, en estructura metálica, con grandes arcos. Lo malo es que lo han pintado de naranja, le han puesto cabeza de retro excavadora y parece una grúa. Le han perdido la gracia.

Ahora me llaman por ahí para hacer “Iconic Bridges”. Acabo de hacer uno nuevo en Riad.

En el Puente de Abbas Ibn Firnás también recurre, en cierta medida, al uso figurativo de la estructura. Ahora la idea es que el Ingeniero Firnás, situado en la pila central del puente está agarrado a su ingenio alado, los arcos del puente, dispuesto a planear otra vez sobre Córdoba. ¿Le gusta añadir ese valor figurativo/metafórico a sus diseños?

Donde hace falta. En sitios urbanos sin dudar. Creo que en las ciudades el puente debe tener singularidad, personalidad y contar una historia… lo que yo llamo “estructura épica”. Córdoba no había tenido suerte con sus puentes y ahora todo el mundo está enamorado del Firnás.

frirnas
Fotografía de Rafa Navarro

¡Han venido hasta de la televisión coreana a hacerme una entrevista sobre el puente porque les ha llamado la atención! Y ahora, en Arabia Saudí acabo de diseñar otro, también inspirado en Firnás, junto al aeropuerto real en Riad.

Incluso Javier Manterola, que ha discutido conmigo mis diseños con frecuencia, dio recientemente una conferencia sobre las realizaciones españolas y me llamó para pedirme imágenes de mis puentes y los defendió. Él ya reconoce la bondad de la idea, pero dice que solo me salen bien a mi [ríe].

Es verdad que a otras personas se les critican por el uso de postizos. Quizás el éxito esté en eso, en no hacer postizos.

Claro. Que el icono sea la propia estructura. Que no tengas que forzar el esquema resistente y no lo encarezca. No se debe hacer un puente más caro por ser icónico.

El Puente Dragón fue baratísimo. A pesar de que allí tuvimos que desarrollar un nuevo hormigón autocompactante porque hormigonar aquello se las traía.

He oído que tuvieron dificultades para el vibrado.

Sí. De ahí salió la norma española del hormigón auto compactado. La hicimos nosotros. Tuvimos que desarrollar un hormigón que no fuera necesario vibrarlo, que se compactara solo. Y funcionó muy bien.

Dejemos ahora a un lado la parte la parte técnica para hablar un poco de su lado más social. Aunque ha publicado numerosos artículos científicos, como ensayista y novelista ha escrito más diez libros. En los tres últimos, “Crónicas de un país que se creía rico” en  2010, “El fin de la crisis” en 2012 y “Crónicas de un país que no quería ser pobre” en 2014, usted reflexiona sobre la actual crisis económica que estamos viviendo. En ellos nos expone su fórmula para superar la crisis: la clave se esconde en el pueblo.

Creo que la crisis española está inmersa en la crisis europea y a su vez en la decadencia de Europa. Yo estoy convencido de los ciclos en la decadencia de las civilizaciones.

La naturaleza exige esfuerzo. Su ley es la selección por aptitud y combate todo lo que sea fácil. La especie que no es capaz de superar las pruebas naturales se extingue, y el polvo de la Historia barre su recuerdo. Pretender que una sociedad viva cómodamente sin luchar por conseguirlo es anti natural y conduce a la extinción.

La especie humana, mientras lucha por hacer más amable la hostilidad ambiental, progresa, avanza, crece, desarrolla y genera una civilización… y cuando la gente cree que ya ha llegado, que no necesita seguir luchando, que solo tiene derechos, y se olvida de los deberes, entra en decadencia. Como pasó con los griegos, egipcios, romanos…

¿Qué ha pasado en Europa? Pues que nos hemos acostumbrado a vivir muy bien a costa del tercer mundo. Hemos tenido las materias primas al precio que nos ha dado la gana porque nosotros mismos lo hemos impuesto. Hemos vendido fuera lo que hemos fabricado porque éramos los únicos que fabricábamos y lo vendíamos al precio que queríamos. Así hemos vivido maravillosamente.

Pero ahora el tercer mundo sabe ya lo mismo que el primero. Tienes a Corea que en diez años ha sido capaz de darle la vuelta a la tortilla y pasar de una terrible crisis a ocupar un lugar en lo más alto de la economía mundial. Y claro, es muy difícil que Europa mantenga sus privilegios si no se remanga y se pone a pelear. La postura de la sociedad europea en general y la mediterránea en particular, es que no hay que pelear, que son derechos que tenemos conseguidos y que nos los tiene que garantizar el gobierno. Nadie piensa que hay que ganárselos a pulso en una vida complicada, es más cómodo pensar que son los políticos los que tienen la culpa de nuestra decadencia.

Por tanto, hay un problema de una sociedad equivocada. Una sociedad que no se da cuenta de que, para vivir la vida, hay que trabajar y pelear muy duro. Y que la competitividad no es un defecto sino una necesidad.

En mi primer libro, “Crónicas de un país que se creía rico” venía a criticar a la sociedad. Mire usted, ¡que no somos ricos! Que España no tiene petróleo ni diamantes. Lo único que tiene es nuestro esfuerzo y si nosotros hemos salido de una generación como la mía, que íbamos con alpargatas y pasábamos hambre, y la hemos situado en primer nivel en el mundo es porque nos hemos matado a trabajar. Y ahora, hay que seguir trabajando si queremos recuperar lo perdido.

El segundo libro, “El fin de la crisis”, habla de la decadencia. El protagonista, Joaquín, se da cuenta de que España está en decadencia y debe avisar a la gente de que esto es una enfermedad. La decadencia es un mal de los pueblos que tiene cura si se toma conciencia de ella y se cambia la escala de valores. Pero si no lo hacemos, estamos perdidos.

El tercer libro, “Crónicas de un país que no quería ser pobre”, es donde me meto con los políticos. Hay una gran hipocresía en el discurso político, tanto en el PP como en el PSOE, Ciudadanos o Podemos. Hablan del pueblo, de la gente, pero realmente solo piensan en ellos. Han montado una estructura política con millón y pico de políticos viviendo del sistema. Han cogido a los funcionarios, que tenemos a los mejores del mundo, los han apartado a un rincón y lo han llenado todo de asesores, colaboradores y amiguetes… Han creado una burocracia absurda, que ha provocado que, en los distintos rincones de nuestro país, los españoles no tengamos los mismos derechos. Se nos llena la boca de democracia pero el ciudadano de a pie no tiene igualdad de derechos. Una tarjeta sanitaria andaluza no sirve para las farmacias de Baleares. Hemos creado reinos de taifas con una burocracia infinita para mantener todos los tinglados. Y claro, ningún partido habla de reducir todo esto. Ni la izquierda ni la derecha. La izquierda habla encima de aumentarlo aún más. El tercer libro es una crítica muy dura a los políticos por todo lo que han montado

Cambiar esa estructura política pasa por cambiar a la gente que está arriba ¿no? Y eso pasa por unas elecciones…

Sí, pero yo no he oído ese discurso a ningún candidato. Todo el mundo habla de quitarle el dinero a los ricos y aumentar los impuestos. Y yo me pregunto ¿pero los impuestos van para el pueblo o para la casta política? Porque si te coges el presupuesto de la Junta de Andalucía, que gasta nada menos que treinta mil millones, te sorprendes al ver en qué se lo gasta. El gasto en sanidad, en educación, en justicia… eso es la mitad, quince mil millones. Los otros quince mil millones los emplea en coches oficiales, organización, pago de asesores, subvenciones, prebendas, tarjetas visa… y luego resulta que a la hora de recortar solo lo hacen en los primeros quince mil millones, maltratando a los médicos, sin cubrir las bajas, con salarios bajísimos… Y me imagino que no es solo problema de Andalucía sino que pasa lo mismo en las demás, no es una crítica a la Junta, es al despilfarro en que han cimentado el sistema autonómico.

La clase política española es un desastre y la nueva que viene otro desastre.

¿No cree que en las últimas elecciones, por lo menos con la incursión de los nuevos políticos, la cosa pueda cambiar? ¿No vamos por el buen camino?

No veo ningún síntoma de mejora porque no he oído a ninguno ese discurso que le comento. Todo el mundo quiere quitar al otro para ponerse él. Incluso los más revolucionarios quieren aumentar encima el tinglado de la carga pública. Con el pretexto de que piensan en la gente para conseguir votos, proponen viejas soluciones que han fracasado porque solo buscan incrementar el gasto público sin importarles de donde puede salir ese dinero. Quitárselo a los ricos para dárselo a los pobres es una estrategia aparentemente atractiva que se acaba el mismo día en que los ricos pasen a ser pobres. No hay mas que ver la ruina de los países que adoptaron ese sistema, acabaron con los ricos y ahora todos están en la miseria.

Tan solo hace unas semanas, los Ingenieros de Caminos hemos conseguido que se homologue nuestro título en la correspondencia de nivel 3, título de Máster, en el  Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior. Era una demanda de nuestro colectivo desde que empezó la crisis económica. Esta crisis económica que obligó a tantos compañeros a emigrar y tener que luchar por puestos de trabajo en los cuales no se les reconocía adecuadamente nuestra preparación. ¿Creé usted que esta correspondencia ha llegado tarde para nuestro gremio?

Ha llegado inexplicablemente tarde. Yo he ido, con el presidente del Colegio, que me pidió ayuda, al parlamento a hablar con Javier Arenas, hace ya tres años, para sacar este tema adelante. Y nos ayudó. Pero no se explicaba, ni el mismo PP, por qué José Ignacio Wert no lo aprobaba. No entiendo porque se ha tardado tanto en hacerlo. Creo que nos han maltratado inexplicablemente en ese sentido.

Y como director de una gran empresa de ingeniería ¿Cómo ve el futuro de nuestro título y de la ingeniería española en general?

Creo que Bolonia ha sido un gran retroceso. Cuando todavía estaba activo como catedrático, me opuse a Bolonia. Veía lo que habían hecho Ponts et Chaussés y otras grandes carreras de Europa no entrando al trapo de crear el grado, especialidades, másteres…Creo que eso ha sido un palo para la profesión. Me temo que los futuros Ingenieros de Caminos no van a ser como los anteriores. Y si encima el título se imparte por universidades que no cuentan con profesores especialistas, como en Sevilla, se estafa dramáticamente a los estudiantes.

Ahora tenemos un importante colectivo de Ingenieros de Caminos en España que está demostrando su valía en todo el mundo. Las ingenierías españolas que estamos fuera contamos con un equipo de primera fila de españoles. Para salir de la crisis y situar España a la cabeza, creo mucho más en los técnicos españoles y lo que estamos haciendo fuera, que en la organización política y social española.

Por último me gustaría proponerle un pequeño juego. Queremos que esta sección de entrevistas, que acabamos de inaugurar con usted, siga con muchas más a personalidades del sector. Creemos que podría ser divertido darle la oportunidad a los entrevistados de hacer una pregunta al siguiente invitado. Aunque el entrevistado no sepa que personalidad, del mundo de las estructuras, será el siguiente invitado. ¿Qué pregunta haría a nuestro próximo entrevistado?

Uno de los graves problemas que han tenido las estructuras en España nace de la dicotomía Mecánica de los Medios Continuos versus Teoría de Estructuras. Los profesores en la universidad se han volcado en los medios continuos, elementos de contorno, la formulación  teórica de elementos finitos, interacción atómica… Pero estos profesores realmente no han calculado ninguna estructura, y sin embargo el sistema los lleva a ser catedráticos. Por ello, la mayor parte de las cátedras  de estructuras han caído en  mano de los especialistas en  medios continuos. Para mi es un desastre que empobrece la formación estructural en nuestras universidades.

Siendo crítico con esta deriva, la pregunta que le haría al próximo invitado sería: ¿Creé que el abuso de profesores en medios continuos puede acabar por destrozar la formación en estructuras en España?

José Luis Manzanares, muchas gracias por haber sido tan claro y honesto en las respuestas. Ha sido muy generoso al dedicar su tiempo a este humilde blog de estructuras.

Jose Luis Manzanares Japon y Jose Antonio Agudelo Zapata

29 Comentarios

  1. Uno lee la entrevista y hasta parece que se preocupe por sus compañeros (arquitectos?) y que tenga algún tipo de preocupación por la profesión.
    Pero que nadie olvide lo que este “personaje” hizo por la lucha del valor del título de Ingeniero de Caminos en el extranjero. Corporativismo (así como egoismo y cinismo) máximo:
    http://blogs.elconfidencial.com/mercados/valor-anadido/2014-01-07/los-ingenieros-de-caminos-espanoles-apestados-en-america_73395/
    http://www.ecestaticos.com/file/ce3d4a01b5636d1b3bc3b93008227a88/1389107037.pdf

    • Hola Juan,
      Me gustaría ser neutral en esta polémica pero como salio precisamente este tema durante la entrevista me gustaría puntualizar una cosa. Por lo que tengo entendido, y esta puesto en el pdf que adjuntas, la empresa del entrevistado solo defendió su situación como adjudicataria de la licitación. Si los Ingenieros de Caminos no tenían la consideración de Maestría y los que presentó su empresa si lo tenían (acogiéndose a convenios entre el Colegio de Caminos y el Colegio de ingenieros de Colombia) es un problema que la empresa, al adjuticarse la obra, no generó. Ese problema estaba allí, de mucho antes.
      Es mas, parece que es la empresa que no estaba contenta con el resultado de la licitación es la que abrió la caja de los truenos pidiendo la invalidación de la licitación. Si… esa empresa que encima tenía (y esta denunciada) documentación falsificada del Colegio de Caminos presentada a una licitación publica que perdió.
      En fin.. creo que aveces hay malos perdedores y medios de información que se hacen eco. Pero yo solo puedo dar mi opinión. Tu, por supuesto, ten la tuya.
      Un saludo.

  2. Enhorabuena por el artículo, muy interesante el entrevistado y las preguntas realizadas. Saludos de un Ingeniero de Caminos joven y expatriado en Argelia que quiere colaborar a un futuro mejor para España.

  3. Tuve a Jose Luis Manzanares en 3º de carrera en la ETSAS y puedo asegurar que daba unas clases fantásticas. He visto a pocos profesores enseñar con tanta vocación y claridad. Y encima un gran profesional. Magnífico.

  4. Felicitaciones al entrevistado y al entrevistador . Me honro en dar en el Ecuador soporte jurídico a esta empresa que “cruzó el charco” en búsqueda de nuevas oportunidades empresariales y de generar un proceso de interrelación con mi país.

  5. Me pareció excelente tanto el entrevistado, como la entrevista. Tiene mucha razón en lo que dice respecto a las adversidades y al espíritu de sacrificio. Tantos años remando “en la mala” acá en Uruguay, y desde hace muy poco, por fin nos va bien. La inmigración dejó de ser de acá para allá y nuevamente empezó a ser desde Europa hacia el Sur. Pero a diferencia de nuestra bonanza anterior – que también coincidió con el período de guerras mundiales de Europa – esta vez el mundo está mucho más conectado y podemos aprender más fácilmente unos de los errores de otros. Muchas gracias por la excelente entrevista. Saludos, Elena

  6. Enhorabuena por la entrevista y por los comentarios.

    Hay que quedarse con todo lo bueno de esta persona que es la inmensa mayoría. Esta persona es un ejemplo de capacidades y digna de admiración. Esto es, creo, lo más importante.

    Por mediar en la polémica permitidme de puntillas referenciar los hechos:

    1.-El plan Bolonia se aprobó en 2000
    2.-No se ordenó con legislación nacional hasta el 2007. Porque con el mercado interior todo el mundo estaba contento.
    3.-Se constató lo mal que se hizo cuando las empresas españolas tuvimos que internacionalizarnos: teníamos menos puntos en la plica técnica por la falta de convalidación del título de ingeniero superior con el de máster. (esto ha costado mucho dinero)
    4.-El pdf adjuntado por Juan describe la verdad cruda descrita en el punto 3
    5.-AYESA hizo defensa legal de los intereses de una empresa de 3200 personas con base en un problema generado por mala legislación de nuestros dirigentes y la nula o inefectiva defensa de los intereses de los ingenieros por parte de los Colegios.
    6.-En 2015 se ha arreglado el desaguisado legislativo al menos para los iccp

    7.-En 2012 el entrevistado hizo intento de arreglar el problema que se venía encima, como se infiere de la entrevista.

    Es mi opinión:

    1.-Que si hubiera estado en la posición de AYESA, puede que hubiera hecho lo mismo por la defensa de mi empleo.
    2.-Que la argumentación de AYESA era legal, pero creo que no de entera justicia, porque argumentar con una base legal que el propio interesado sabe que no es justa por mor de su educación… solo es justificable por la defensa del empleo.
    3.-Que parte de culpa la tienen los legisladores pero parte los ingenieros, y en especial los colegios profesionales, que es en quien delegamos la honesta defensa colegiada de estos intereses. [De aquí se infiere la importancia de involucrarse en el Colegio a través de la exigencia de servicios]

    Sólo una crítica: es fácil hacer muchas cosas con el dinero que le corresponde decidir en qué se gasta a nuestros hijos. Hasta 2007 hemos vivido de eso, y la generación que ha tomado esa decisión ha sido la del entrevistado.
    Puede que la pensión de esa generación no se toque, pero yo se que la mía la encogerán mis hijos, y no podré decirles nada, porque he sido copartícipe -aunque inconsciente- en el dispendio hasta 2007.

    De corolario una actitud: la energía de la queja, la empleo en ejecutar la parte de la solución que me toca, porque no me han educado para buscar culpables, sino para dar soluciones; puede que lo más bonito de nuestra profesión.

    Ojalá nuestros políticos planteen y prioricen bien los problemas; repito, lo más importante es plantear bien el problema, porque siempre hay un ingeniero que tiene solución.

    Ánimo con todo, enhorabuena por el blog

  7. Una entrevista muy interesante, un placer leer al Dr. Ing. Jose Luis Manzanares.

    Sin embargo no me resisto a incluir un comentario al respecto de la “dicotomía Mecánica de Medios Continuos (MMCs) vs Teoría de Estructuras (TE)”. En primer lugar, Jose Luis tiene que tener en consideración que es necesario agrupar campos de conocimiento en áreas y que no debe ser sencillo dictaminar cuando en qué punto hay que hacer una separación (y la empleada en España coincide con la tónica de las mejores Universidades).

    Es posible que en la Universidad de Sevilla (US) los profesores se hayan volcado en la MMCs pero esto es una coincidencia y no hay nada en el sistema que favorezca dicha tendencia, podría citar otros muchos casos (Granada por ejemplo) donde la mayoría de profesores del área están volcados en las estructuras. El sistema favorece (o al menos debería) a los buenos investigadores, independientemente de su campo.

    Y honestamente creo que la interacción de investigadores de MMCs y TE es muy beneficiosa. De hecho en la mejor Universidad del mundo para los ingenieros estructurales (UC Berkeley) existe un equilibrio entre el número de profesores relacionados con la TE y la MMCs. Y no hay que olvidar que ciertos avances en la MMCs han resultado ser herramientas fundamentales en el cálculo de estructuras (como el método de los elementos finitos, por citar un ejemplo).

    En cualquier caso el “problema” tiene fácil solución: que los profesores especialistas en MMCs impartan las asignaturas más relacionadas con su campo (Resistencia de Materiales, Elasticidad, Elementos Finitos, Fatiga, Fractura, etc.); e ídem con los de TE (Teoría de Estructuras, metálicas, hormigón, etc.). Para ello las asignaturas deberían de redistribuirse de acuerdo al perfil del docente y no por otros criterios (antigüedad, que si tengo que llevar a los niños al colegio, etc.).

  8. Muchas felicidades por la entrevista. Unas preguntas muy acertadas y unas respuestas que demuestran que este hombre lleva un carro de sabiduría.

    En relación a las pinceladas técnicas dadas sobre el proyecto del puente del Cristo de la Expiración, la verdad es que dan ganas de saber más, así que no sé si sería posible por vuestra parte elaborar un artículo en este blog dando más detalle sobre los temas técnicos del proyecto y la construcción.

  9. Permitidme una duda al margen de otros temas que comentáis. Parece o yo al menos creo entender que dicen ser ellos quienes desarrollaron una dosificación y fórmula del hormigón autocompactable. ¿En qué año fué esa atribución que se hacen de desarrollo por parte de “ellos” de ese hormigón? Pues yo sé de un equipo distinto que también lo desarrolló. En este caso, desarrolló el HAC-80 con resistencias de más de 1000 en algunos casos a los 28 días, para una obra en España que requirió más de 80.000 m3 y claro está con catedráticos de universidad detrás y acompañados de expertos internacionales y también cuando aún no estaba normalizado. La verdad es que se hizo un estudio muy completo. Esto fué al norte y tal vez en fechas muy distintas. Un saludo y enhorabuena por la página web tan didactica e ilustrativa!

    • Perdonad… Se me olvidaba un dato, la obra que yo comento fué en el 2004. Túnel de sección circular completa con hastiales y bóveda de canto reducido con doble armado del 32, donde para el relleno de estos hastiales y hormigonado de bóveda, se hacía imposible vibrar. Saludos de nuevo.

  10. Muy buena entrevista! Guardo mucha simpatía hacia D. José Luis Manzanares. Asistí a una conferencia suya en la escuela de caminos de Madrid en el curso introductorio a la carrera. Aún me acuerdo de las anécdotas que contó! Muchas las repite en esta entrevista, lo que me ha sacado alguna sonrisa, otras (como su entrevista con Bernie Ecclestone) parece que se las ha guardado jeje.
    Un saludo y muy buen post, felicidades!

  11. Muchas gracias por la entrevista; resulta un ejercicio enormemente didáctico, que es una de las características que se han perdido lamentablemente en los últimos años.
    Y sobre la pregunta final… Creo que es mejor “disfrutar” del réquiem correspondiente.
    Saludos,

  12. Sumamente interesante y enriquecedora esta entrevista. Que buena esta iniciativa que permite dar a conocer como piensan los ingenieros que participaron en la creación de determinados puentes y otras obras importantes de ingeniería civil. Me gustó mucho el temino “estructuras épicas” que menciona el entrevistado y el hecho que ellas vienen de tomar cada caso como uno particular, “sin postizos” y sobre todo me gusto el hecho de que por esto mismo estas estructuras épicas no deben ser muy costosas sino al contrario. Excelente!! Gracias por difundir esta entrevista!! Saludos desde Panamá!! (Donde hay muchos Ingenieros Españoles de 1ra Linea haciendo grandes aportes).

  13. Saludos desde Querétaro México donde participe con AYESA México en un proyecto de control urbano des sistema de agua potable.

  14. Algunos tuvimos mucha suerte de haber tenido como profesores de estructuras en la Escuela de Arquitectura de Sevilla (ETSA) a grandes profesores como Pepe Orad en cuarto, José Luis Manzanares en quinto y Rafael López Palanco en sexto, enseñándonos a comprender y a calcular las estructuras para poder enriquecer los proyectos y así no considerarlas como un problema sino como una ventaja.

    Puedo afirmar que las clases de 4° y 5° eran a las 8 de la mañana y que el aula magna estaba llena, no porque fuese obligatorio, sino porque todos sabíamos que lo que allí íbamos a aprender no lo haríamos en ningún otro sitio.

    Por cierto, Rafael López Palanco también se merecería una entrevista…

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